Lo primero que debemos entender al hablar de alimentos que ayudan a prevenir enfermedades, es que es tan importante «lo que se hace bien» como lo que se «debe dejar de hacer mal», es decir, que es una buena noticia que aumentemos el consumo de vegetales y de frutas, así como de cereales integrales, legumbres, grasas saludables, alimentos probióticos y proteínas magras, pero que eso, para que sea efectivo debe ir acompañado de la reducción (o incluso de la eliminación) de los productos que no solo no cuidan la salud, sino que además agreden el sistema cardiovascular. Estamos hablando de los ultraprocesados, el exceso de azúcares añadidos, los productos con grasas saturadas y los alimentos con exceso de sal.

Dicho de otro modo: No sirve de nada desayunar avena con frambuesas, o rodajas de palta sobre una rebanada de pan integral, si a lo largo del día te llenas con papas fritas, pasteles, pizza prefabricada, salchichas y refrescos azucarados, por ejemplo.

Lo que realmente puede ayudar a prevenir enfermedades es tener hábitos de vida saludables:

• Seguir una alimentación equilibrada con alta presencia de vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y proteínas de alto valor biológico.
• Reducir o eliminar el exceso de azúcares, grasas saturadas y alimentos ultra procesados.
• Esta alimentación equilibrada debe ir acompañada de otros hábitos saludables como una adecuada hidratación, descanso y horas de sueño suficientes, control del estrés, mantención de un peso saludable, actividad deportiva regular y la eliminación del alcohol, el tabaco y las drogas.

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